Experiencias personales (2ª parte)



Rallie Transsyberia 2007/2008

EL RALLYE por Carles Celma


 El Rallye Transsyberia, actualmente cancelado por la crisis global, es un rallye de 15  días que parte de Moscú, cruzando la Syberia y finaliza en la capital de Mongolia, Ulan Bator, después de cruzar parte del desierto del Gobi.

Es una prueba tipo raid de larga duración, con muchos contrastes y tipos de terreno, donde para ganar hay que pilotar muy rápido y donde la navegación cobra vital importancia, siendo un elemento totalmente fundamental. Otros aspectos a tener en cuenta son el hecho de cuidar la mecánica, que se ve muy comprometida y sometida a gran fatiga e impactos, así como el saber aguantar la presión y tomar la decisión correcta, estratégicamente hablando, sobre cuando es el momento de atacar o cuando hay que saber ser conservador y no asumir riesgos.




 Es una gran aventura, una gran aventura que esconde muchos riesgos ocultos en el desierto y que pueden ser fatales y provocar graves accidentes.Podéis intuir por todo ello que la experiencia es muy importante en este tipo carreras y el papel y experiencia del copiloto, casi más. Esta prueba nace con la idea de recuperar las pruebas con espíritu de aventura, donde el privado tenga muchas posibilidades y para ello, hay una gran restricción en lo que hace referencia a los vehículos, los cuales deben ser derivados totalmente de la serie.  Aquí no estan permitidos los Fórmula 1 del desierto como es el caso del Dakar, donde los vehículos punteros son auténticos prototipos con chasís multitubular, carroceria de fibra, una anchura descomunal y, quizás lo más importante, unas trabajadísimas suspensiones de más de 300 mm de recorrido.


      


Y digo esto porque aquí, la potencia es importante, pero lo es mucho más el diseño de las suspensiones y reparto de pesos del vehículo, lo cual hace posible mantener medias de velocidad muy altas en terreno roto, sin comprometer la durabilidad del coche y con un gran plus de seguridad al afrontar saltos.

Algunos tramos de la prueba te
 permiten aprovechar al máximo
las prestaciones del Cayenne 
 Siguiendo con el tema del vehículo, en mi caso, el Cayenne Transsyberia, es un coche excepcional, de una robustez estructural y mecánica como nunca hubiese podido imaginar, con unas prestaciones importantes que le otorgan los 400 cv de su motor v8 de gasolina, pero con un centrado de masas que sigue cargando mucho peso delante y unas suspensiones que se tragan y absorben grandes impactos pero que, en ningún momento se pueden comparar con un proto multitubular como los coches punteros del Dakar.


Road book poco detallado.

Cuando decía que esta carrera esconde grandes peligros, alguien puede pensar “pues caray, como todas las carreras” y también tiene razón puesto que donde hay velocidad, hay peligro. Pero esta carrera lo que tiene que la hace diferente de un Dakar y de una Baja Aragón (ambas también muy distintas entre sí), es el rutómetro, (roadbook). El Rallye Transsyberia es una carrera dónde la organización no dispone de los medios de un Dakar y donde gran parte del recorrido transcurre por zonas donde la nieve está presente en grandes cantidades durante muchos meses al año. Esto quiere decir que la organización dispone de muy poco tiempo para hacer el reconocimiento y road book, 1 mes escaso desde que puede empezarse a circular debido a las grandes cantidades de nieve acumuladas hasta el inicio de la carrera. Este tiempo tan reducido, unido al tiempo limitado y a la gran distancia a cubrir (más de 7000km), se traduce en la práctica, en un  libro de ruta  muy poco esclarecedor, muy poco detallado. En muchos casos no hay una pista principal a seguir, si no muchas y, por tanto, es imposible avisar de la existencia de la mayoría de zonas peligrosas que esconde el desierto en forma de grandes zanjas, cortados y barrancos no visibles.

 Por este motivo, unido a que el Cayenne es realmente rápido, es porque ha habido muchos accidentes en cada edición y, en muchos casos, por parte de pilotos punteros y con gran experiencia en el desierto. Había días donde esto se tornaba una obsesión, puesto que realmente no ves donde pisas y cuando vas a 140, 150 o 160 km/h por una pista de tierra que no conoces, llena de trampas, te comes unos cuantos agujeros y piedras no deseados. A veces, la suerte es lo único que diferencia ese impacto de un susto más o el fin de la carrera.

Uno de los campamentos a final de etapa.

    Es el momento de repasar los estragos
que ha causado sobre el Cayenne la dura
jornada de hoy.



Videos obtenidos de la pagina oficial de Porche en You Tube.




Próxima entrega:  La aventura